El carácter destructivo de la rebelión popular
La insurrección popular, por su misma naturaleza, es espontánea, caótica y despiadada; supone siempre la destrucción de su propiedad y la ajena. Las masas del pueblo están siempre dispuestas a sacrificarse y lo que las convierte en una fuerza dura y salvaje, capaz de actos heroicos y de objetivos en apariencia imposibles, es que poseen muy poco y con frecuencia absolutamente nada y que, por lo tanto, no están corrompidas por el deseo de propiedad. Si la victoria o la defensa así lo exigen, no se detendrán ni ante la destrucción de sus mismas aldeas y, puesto que además la propiedad no está en su poder, pueden llegar a evidenciar una verdadera pasión por la destrucción.
Papel de la pasión destructiva en el proceso histórico
Esa pasión destructiva, sin embargo, está lejos de elevarse a la altura de la causa revolucionaria, pero sin ella la revolución sería imposible, porque no puede haber verdadera revolución sin una destrucción arrolladora y apasionada, una destrucción beneficiosa y fecunda, pues sólo de ella nacen y surgen mundos nuevos.
La insurrección popular, por su misma naturaleza, es espontánea, caótica y despiadada; supone siempre la destrucción de su propiedad y la ajena. Las masas del pueblo están siempre dispuestas a sacrificarse y lo que las convierte en una fuerza dura y salvaje, capaz de actos heroicos y de objetivos en apariencia imposibles, es que poseen muy poco y con frecuencia absolutamente nada y que, por lo tanto, no están corrompidas por el deseo de propiedad. Si la victoria o la defensa así lo exigen, no se detendrán ni ante la destrucción de sus mismas aldeas y, puesto que además la propiedad no está en su poder, pueden llegar a evidenciar una verdadera pasión por la destrucción.
Papel de la pasión destructiva en el proceso histórico
Esa pasión destructiva, sin embargo, está lejos de elevarse a la altura de la causa revolucionaria, pero sin ella la revolución sería imposible, porque no puede haber verdadera revolución sin una destrucción arrolladora y apasionada, una destrucción beneficiosa y fecunda, pues sólo de ella nacen y surgen mundos nuevos.
Tácticas revoluionarias. Mijail Bakunin. Libros Dogal, Madrid, 1978.
3 comentarios:
no estaba para tonterías el amigo Bakunin...
mariano
:)
javi
No te eches a perder...
Siempre tenemos algo que echar de menos.
no se digo
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